Las Alianzas
El uso de anillos de boda se remonta a la antigua Roma, y como muchos rituales nupciales, su significado no es tan romántico como nos gustaría pensar. Fue el cristianismo el primero en impulsar el concepto de matrimonio equitativo. En el Libro de Oración Común (1549), las palabras «con este anillo te desposo» van seguidas de «este oro y plata te doy», momento en el que se espera que el novio entregue una bolsa llena de monedas de oro y plata.
Hoy en día, quizás porque se presta más atención a la novia durante el día de la boda, las ceremonias de anillos compartidos son cada vez más populares.
Hay muchas posibilidades de personalizar las alianzas para que sean una expresión única de su amor. Del mismo modo que se hacía en la época del Renacimiento, cuando las «alianzas poéticas» estaban de moda, también se pueden añadir unos breves poemas de amor y sentimientos grabados en el anillo. Las «alianzas inteligentes» actúan como un reloj inteligente que permite a los novios controlar su entorno y compartir la información con el otro. En el otro lado del espectro, algunas parejas modernas optan por tatuarse los anillos de boda en el tercer dedo —se cree que contiene la vena que va directamente al corazón— con el nombre del otro, un símbolo o una romántica señal secreta.
Tirar El Ramo
Todos hemos visto suficientes comedias románticas para saber que, hacia el final de la ceremonia o de la recepción, la novia da la espalda a sus invitadas solteras y tira su ramo por encima del hombro. La que lo coja será la «siguiente» en casarse, o eso dice la tradición.
Este ritual se remonta al siglo XIX, cuando el matrimonio era para muchas mujeres una forma de salir de la pobreza y un billete para avanzar socialmente. Las mujeres solteras que asistían a la ceremonia intentaban llevarse a casa un trozo del vestido o del ramo de la novia, ya que se creía que les daría la misma suerte.
Hoy en día, el tiramiento del ramo tiene más que ver con que la novia ceda cierto protagonismo a las invitadas. Sin embargo, puedes actualizar la tradición con algunos giros ingeniosos: separa las flores del ramo para que más personas tengan la oportunidad de «atrapar la suerte». E incluye también a los hombres. A todos nos vendría bien un poco de suerte a la hora de encontrar nuestra alma gemela.
Tirar Arroz En Las Bodas
Este es otra de las tradiciones en las bodas que podemos agradecer a los romanos, aunque entonces podían ser lentejas o trigo, ya que los romanos creían que todos los granos significaban fertilidad y prosperidad.
Hoy en día, el arroz apenas se utiliza, y el confeti (que evolucionó a partir de la tradición italiana de tirar caramelos de colores en las bodas) está cada vez más mal visto porque puede tardar mucho en limpiarse.
Tirar algo a los recién casados es una forma de expresar el júbilo inmediatamente después de la ceremonia. Cuando el confeti y el arroz no están permitidos, los pétalos de rosa y las burbujas son una alternativa encantadora y más inocente.
Los Votos Matrimoniales
Los votos matrimoniales no son en absoluto universales, aunque la mayoría de las ceremonias religiosas tradicionales incluyen un acto de consentimiento mutuo y hablado entre los novios. En las bodas civiles, el oficiante suele orar algunas palabras basadas en conversaciones previas entre los novios, antes de terminar con la declaración que hace legal y vinculante la unión.
Cada vez son más las parejas que optan por escribir sus propios votos matrimoniales. Es un proceso que requerirá tiempo, varios intentos y practicar en voz alta (sí, en voz alta) para que queden bien. Te sugerimos que crees el primer borrador junto con tu pareja, cuando ambos podáis decidir el tono (¿serio?, ¿irreverente?, ¿un poco de los dos?) y la estructura. Piensa en el motivo por el que os habéis enamorado el uno del otro y parte de ahí. Recuerda también que los votos son precisamente eso, votos, así que tu discurso debe contener algunos compromisos del tipo «tener y mantener» que marcarán el comienzo de vuestra nueva vida juntos.